La montaña es el escenario donde desarrollaremos las actividades deportivas; y cuenta con un ambiente distinto al que estamos habituados a vivir. Temperatura, presión atmosférica, humedad relativa son algunas de las tantas variables a las que nos deberemos adaptar, utilizando para ello los conocimientos relativos a estos cambios y técnicas que permitan optimizar nuestras energías.
El conocimiento de los aspectos fisiológicos que se alteran en el hombre sometido a la altura y a variaciones extremas de temperatura está íntimamente ligado con las técnicas de alimentación en condiciones extremas.
En cualquier actividad deportiva y en la nuestra también existe un aumento considerable de las necesidades energéticas derivadas de una mayor actividad física. Se considera que una persona adulta requiere alrededor de 1600 cal/día para mantener su nivel de metabolismo basal normal (gasto de energía en condiciones estandarizadas de reposo). Esta misma persona requiere una cantidad mayor de calorías para una actividad sedentaria (trabajo de oficina): alrededor de 2500 cal/día.
En montaña, las tablas de consumo calórico son solo una idea aproximada del consumo energético, ya que estos consumos tienen una influencia multifactorial al depender del nivel físico y técnico del deportista, del terreno (llano, pendiente), peso, intensidad del esfuerzo, temperatura, viento y otros factores que le dan un gran margen de variabilidad.
Actividad | Consumo Kcal/hora |
---|---|
Montañismo | 700 - 1000 |
Ciclismo de montaña | 700 - 1100 |
Consumo energético horario: la tabla ha sido diseñada para un deportista de 75kg a un ritmo intenso y el intervalo de variaciones obedece a la influencia multifactorial ya señalada en el párrafo anterior.
En general, las actividades que movilizan más grupos musculares importantes y que se realizan en terrenos con pendiente requieren mayor gasto energético que las que movilizan pocos grupos musculares o que se realizan en terreno llano. Estas actividades suelen realizarse en situaciones de frío que aumentan aún más el consumo de calorías.
La revisión de la cantidad de calorías que intervienen en la actividad deportiva es ya un ejemplo de la importancia que tiene el conocimiento de las técnicas adecuadas de alimentación. En el ámbito dietético se debe atender a los diferentes balances de sustancias del organismo, el balance hídrico es uno de los más importantes dada la facilidad con que se puede producir una deshidratación en los deportes de resistencia realizados en la montaña.
También es de consideración el balance energético (glúcidos y lípidos), el estructural en que destaca el proteico, el balance de macroelementos, microelementos, así como vitaminas. Cabe destacar que un balance negativo puede producir un descenso del nivel deportivo y un deterioro de la salud.
El funcionamiento del organismo depende de la producción de energía, la que proviene de nuestras reservas y/o de los alimentos que ingerimos. Las principales reservas de energías están localizadas en el tejido adiposo, el tejido muscular y en el hígado. Las reservas de ATP y creatinín fosfato muscular son muy escasas, lo que no resta importancia biológica, pues permiten reacciones muy rápidas en esfuerzos deportivos cortos o en situaciones de peligro. Las reservas de glucógeno muscular permiten esfuerzos de más larga duración. También se utilizan durante el esfuerzo las reservas hepáticas de glucógeno y se movilizan las grasas.
En esfuerzos de baja intensidad, la movilización de grasas es mayor que en esfuerzos de alta intensidad en los que el organismo recurre a un combustible de rendimiento superior: glucógeno.
Las sustancias que ingerimos nos aportan glúcidos, lípidos, proteínas, agua, iones minerales y vitaminas que necesitamos. Los componentes que contienen energía están bajo la forma de glúcidos, lípidos y proteínas, los dos primeros tienen un componente claramente energético, mientras que en las proteínas predomina el aspecto estructural o plástico.
a) Glúcidos o hidratos de carbono: Los hidratos de carbono deben ser los que se consumen en mayor cantidad, por su rápida absorción, conversión bastante directa en energía, ausencia de residuos nocivos en su combustión y poseer la mayor producción de energía por volumen de oxígeno hace que sea la fuente de energía más importante para la mayoría de los deportistas. Las reservas de hidratos de carbono se agotan dos o tres horas después de iniciado el ejercicio físico, por ello se deben ingerir de forma constante para sustituir lo perdido y evitar la fatiga.
Los hidratos de carbono se dividen en hidratos de carbono de rápida absorción (monosacáridos y disacáridos) e hidratos de carbono de lenta absorción (polisacáridos). Es muy importante diferenciar estos dos tipos porque los hidratos de carbono de lenta absorción se deben consumir previo al ejercicio físico, ya que estos proveen de energía al cuerpo por mayor tiempo; mientras que los hidratos de carbono de rápida absorción se deben consumir mientras se realiza el ejercicio para recuperar lo quemado, ya que estos proveen de energía rápidamente al cuerpo, pero la duración es muy corta; por lo que continuamente se deben ingerir pequeñas raciones.
En la dieta normal debe incrementarse el consumo de polisacáridos (cereales y sus derivados, papas, legumbres, y sus derivados) en lugar de abusar de monosacáridos y disacáridos sintéticos (dulces, refrescos con azúcar, mermelada, etc.). Encontraremos glúcidos de absorción rápida en la miel y las frutas. Existen productos deportivos como los famosos Power Bars y Power Gel que contienen polisacáridos de cadena corta, que tienen la ventaja de reducir el tiempo de absorción con respecto a los polisacáridos convencionales.
b) Lípidos o grasas: Las grasas son las reservas energéticas que posee el cuerpo ya que, a medida que se consumen los hidratos de carbono, las grasas son las encargadas de proporcionar la energía necesaria al cuerpo para seguir con la actividad física; por ello se recomienda que se añadan grasas a la dieta de un deportista, en cantidades normales, con la predominancia de grasas insaturadas o de origen vegetal como las nueces, almendras, aceitunas, maní; sobre las saturadas de origen animal como la leche, huevos, etc.
El exceso de grasas en la alimentación aumenta el tejido adiposo y por tanto el índice graso del organismo. En los practicantes de la alta montaña, la posesión de una capa de grasa no tan delgada es propia de una adaptación al frío.
c) Proteínas: Las proteínas tienen como función principal reparar y regenerar el tejido muscular. Las necesidades de proteínas para un deportista son superiores a las de una persona sedentaria, debido al mayor desgaste. En general, no es necesario aumentar la cantidad de proteínas en la dieta. En general, los deportes de resistencia como los de alta montaña requieren una menor ingesta porcentual de proteínas y más hidratos de carbono que los deportes de fuerza. Las principales fuentes de proteína son la carne, el pescado, los huevos y las legumbres.
La mayoría de los alimentos contienen glúcidos, lípidos y proteínas, y es atendiendo a su porcentaje que se establecen como fuente prioritaria de unos u otros. Las proporciones para un deportista de resistencia serían: 60-65% glúcidos, 20-25% lípidos, 15% proteínas. Estas proporciones son aproximadas, las dietas de los deportistas de muy alto nivel están casi siempre vigiladas en el ámbito médico. Si se cree llevar una dieta desequilibrada no se debe dudar en consultar a un especialista en nutrición.
Más del 60% de la masa corporal de un organismo está formado por agua, que contiene los elementos hidrosolubles. Su exceso será eliminado por el aparato excretor, gracias al poder depurador de los riñones. Su falta afecta al equilibrio de los iones minerales, ya que al aumentar la concentración salina varía la actividad enzimática y muchos mecanismos de regulación de nuestro organismo.
La relación entre el déficit hídrico y el rendimiento deportivo está muy estudiada y todos coinciden en que una ligera deshidratación produce un descenso del rendimiento. Ello se comprende mejor si se piensa que el 72% del peso muscular está formado por agua.
Sobre el equilibrio hidrosalino:
Durante el esfuerzo, la pérdida de agua se produce principalmente por tres niveles:
Fuente: Tatoo, Universidad Internacional SEK CANALS, HERNÁNDEZ Y SOULIÉ, Entrenamiento para Deportes de Montaña